En una de sus habituales giras de cada año han llegado a Madrid los universalmente famosos Niños Cantores de Viena. Siempre son bienvenidos y son acogidos por el público con cariño y admiración. Prueba de ello era el auditorio repleto de gente de todas las edades llena de expectación.

   El recital consistió, como habitualmente se desarrolla, en una miscelánea de canciones de Johan  Strauss, Schubert o Brahms  que ocuparon la primera parte del concierto. La segunda entró en terreno de la ineludible globalización y cantaron canciones populares  de Croacia, Corea ,Suiza y Cuba, entraron en terreno cinematográfico (Mary Poppins, Barbie o La Sirenita) para volver a Strauss con sus célebres polka y vals del Danubio Azul. El entusiasmo del entregado publico hizo que cantaran la marcha Radeztki y se despidieran con una broma dejando muy buen gusto en el ánimo de los presentes. Ahora son dirigidos por una buen músico peruano Andy Icochea , magnifico acompañante al piano y buen concertador de los niños, que siguieron obedientes sus instrucciones. A mi modo de ver no estaban en su mejor momento, como el día meteorológico, pero la delicia del conjunto, merece un sincero aplauso y que sigan siempre en la senda de extender la buena música por el atribulado mundo que actualmente nos ha tocado vivir. Serán siempre símbolos de paz y de concordia.