La primera impresión es que se trata de una temporada infrecuente ambiciosa y extravagante para el público en general, si se tiene en cuenta que Mortier ya no es el director artístico del teatro, dicho sea con todo respeto a la obra de aquel innovador, no siempre bien acogido por el público aficionado. Este año el que quiera coger un abono en cualquiera de las variedades que ofrece el coliseo, se siente intimidado y se tira para atrás. Conoce algunas y de las otras no quiere saber mucho. A priori no parece diseñada `para fomentar la afición, aunque para que no se diga hay operas populares de repertorio.
Vamos a analizarlas. Lo primero, diecinueve obras en una temporada parecen muchas. No es problema de cantidad sino añadirle el nivel cualitativo. Para ello las agruparemos en operas del repertorio tradicional, otras novedosas, algún estreno y variedad en el número de funciones, verdaderamente heterogéneo.
Entremos en las que consideraremos normales para un aficionado medio. Obras que se ensayen se produzcan y se representen un número de funciones que justifiquen el gasto. Abre la temporada con OTELLO de Verdi que dirigirá Luisotti, más que correcto director con el lujo de voces para varios repartos de la fabulosa soprano Asmik Grigorian, o Jorge de León o Arthur Rucinsky, entre otros que auguro harán buen papel para una ópera compleja (de las últimas del compositor) y exigente para los cantantes. Veremos si la escena acompaña. Después, CARMEN de Bizet con la mezzosoprano de moda Aigul Akmetshina, Michel Fabiano o Miren Urbieta-Vega (en el papel siempre agradecido de Micaela) que presagian un adecuado reparto. Para la escena hay que olvidarse de la antigua fábrica de tabaco de Sevilla trasladándose la acción a los años setenta del siglo pasado ambientada en cualquier polígono de extrarradio. También sube a las tablas ROMEO Y JULIETA de Gounod con las voces de Nadine Sierra, Javier Camarena o Tagilavini que se encuentran entre los mejores del panorama actual junto a muy buenos comprimarios. Vamos a ver lo que queda de Shakespeare pasado por los directores de escena de hoy en día. Sea como sea echaremos de menos a Alfredo Kraus que era un Romeo de excepción y referencia. Concluimos este apartado de obras conocidas con IL TROVATORE de Verdi para clausurar la temporada. También dirigida por Luisotti con un cartel adecuado, Anna Netrebko, Anita Rachvelishvilli, Piotr Bekzala o Celso Albelo. Se programan dieciocho funciones.
Analizaremos ahora las óperas infrecuentes, no por ello menores. En primer lugar EL MANDARIN MARAVILLOSO Y EL CASTILLO DE BARBA AZUL de Bela Bartok. operas relativamente cortas, muy original la primera y lenta , profunda y misteriosa las segunda. Ambas son obras de arte. A destacar la cantante Evelyn Hertlizius para Barba Azul. Lo más interesante de estas veladas es que en medio de las dos se va a interpretar la obra de Bartok Música para cuerdas, percusión y celesta que es una de las obras mejores de este compositor. Es unas partitura que se escucha no muchas veces pero que quizás sea de lo más interesante en esta temporada desigual. Le seguirá EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO de Britten a la que pronostico éxito por los cantantes verdaderamente especializados en la música difícil del inglés. La escena, que desconozco, conducirá o no al éxito total. Shakespeare aparece de nuevo. A ver por dónde sale el director de escena. Para finalizar este apartado está programada la amable ópera de Smetana, LA NOVIA VENDIDA, encomendada su dirección a Gustavo Gimeno- el próximo director musical del coliseo- con un elenco de buenas voces y la escena de Pelly que suele ser una garantía.
Hasta aquí hemos catalogado lo que sería una temporada normal en cualquier teatro europeo. El Real requiere siempre la presencia de algo español cada año y a este le corresponde un estreno del compositor Francisco Coll EL ENEMIGO DEL PUEBLO; sobre una obra de teatro de Ibsen. Habrá que aguardar al estreno para poder comentarla.
Entre medio aparecen varios títulos que se `representan muy pocos días unas con escena y otra en concierto. Otras suben a las tablas por una día solamente. Entre las primeras aparece IRIS de Mascagni, rareza con motivos japoneses del verismo del compositor (dos días) con la maravillosa Ermonela Jaho y Gregory Kunde como reclamo. Después ARIADNA Y BARBA AZUL de Dukas( tres días) con el aval de Pinchas Steinberg como director y escena de Alex Olle , una apuesta más del teatro que espero le salga bien y para terminar este apartado la opera de los años de Galera de Verdi I MASNADIERI ( dos días ) esta solo en versión de concierto.
Y finalizamos con la pedrea del apogeo del barroco que en realidad encubre el premio gordo de la temporada repartido entre unas representaciones con conjuntos especializados de grandísimo renombre. Es una suerte que se exhiban aunque su presencia sea tan efímera que solo podrán disfrutar los privilegiados que asistan EN EL UNICO DIA EN QUE SE REPRESENTAN. Así FARNACE de Vivaldi, LA REINA DE LAS HADAS de Purcell, JULIO CESAR de Haendel, ARMIDA de Lully, IL GIUSTINO también de Vivaldi y ARIODANTE de Haendel. Estas obras se escuchan en los auditorios y salas de concierto y son maravillosas si se tiene la predisposición de oírlas independientemente de su duración. Constituye una audacia traerlas pero al ser en versión de concierto ahorran los elevados costes de ofrecerlas en escena, dada la dificultad que entraña entretener el estatismo de estas obras de largas arias da capo.
Así finalizamos. Temporada para la que recomiendo escoger de uno y otro apartado porque es probable que algunas no se repongan. De esta manera cumplirá su función. En mi humilde opinión, todas las de un día son excepcionales por título orquestas e intérpretes. Yo elegiría una de cada grupo y podría así lograr una impresión de todo el conjunto. Seguramente entresacando habrá algo que nos sorprende.