El ciclo anual dedicado a los grandes intérpretes en su mayoría de piano cada año lo hace mejor. Cuando acaba de pasar el gran maestro de nuestros días, Sokolov (del que ya hemos dado cuenta en este blog) se presenta ahora otra líder mundial del instrumento ,Maria Joao Pires, para exhibir su clase. No ha venido esta vez sola, como solía, y ya hace tiempo que se hace acompañar por algun amigo que le dé replica. Esta vez fue con el pianista español invidente, Ignasi Cambra,para darnos una soberbia lección de cómo tocar el piano y otra lección de vida mostrándonos la realidad de que con esfuerzo y coraje se puede lograr lo ansiado en este mundo y no solo poder sino trabajar para hacer valer su ejemplo y hacer felices a los demás. Su paso por el auditorio ha sido un éxito total y todo un hito para el ciclo.

 El recital empezó con al adagio y allegro de fa menor de Mozart para cuatro manos. Ignasi tocaba a la izquierda y Pires a la derecha. Impecable. Después se alternaron, Cada uno una sonata de Haydn (que no es poco) y además, sonatas que son largas y difíciles, aunque si uno ve los pentagramas le parecen un paseo. Ambos estuvieron excelentes correctísimos  y  con un respeto reverencial al prolífico compositor. En la segunda parte la cuestión cambió a  piezas de Schubert del repertorio conocido dos impromptus y dos piezas para piano. Cada uno tocó una, para terminar con lebenstürme para cuatro manos. Esta vez Cambra tocó la derecha y Pires la izquierda.

   Ambos son un dúo excepcional y en las obras sueltas cada cual estuvo mejor. Lo que nos dejó extasiados, por lo menos a mí, fue la soltura de Cambra ante partituras difíciles con claridad sensacional, exactitud perfecta y soberbia interpretación. En resumen una maravilla de recital.