Nunca he asistido a representación tan portentosa, sin un fallo, con todo en su lugar exacto ( raramente ocurre) como en la traducción esplendida del oratorio de Haendel – uno de los mucho que compuso- Jephtá que tuvo lugar ayer primer día de mayo en versión de concierto con unos conjuntos tan perfectamente ensamblados y solistas tan experimentados en la música del barroco.
A la ordenes de Francesco Corti la orquesta de cámara Il Pomo Doro con un coro reducido y unos más que excelente solistas obraron el milagro de que el tiempo de duración del oratorio transcurriera en un abrir y cerrar de ojos sin que en ningún momento declinara la atención.
La obra en sí es esplendida dentro de los cánones de la época. Recitativos acompañados arias de capo intervenciones corales y algún duetto o trio de voces según el bíblico guion, que aquí es lo de menos. Lo difícil es que en estos casos todos los intérpretes, sin excepción, lograran un resultado fuera de serie. La veterana Joyce de Donato dio lo mejor de sí, pero no fueron menos el tenor protagonista, Michael Spyres o el barítono Quettlebaum, y la contralto y soprano que se salieron de las tablas, en sus solos y a dúo con elegante facilidad, correctísimo estilo y matiz exacto, sobradas de voz y precioso timbre. Uno de los aspectos a destacar fue el coro que con cuatro sopranos, cuatro altos cuatro tenores y otro tantos bajos nos dieran la impresión de que cantaba el más nutrido coro de los muchos que en gran número de intervinientes hacen bulto y apuesto a decir que algunos musitan en vez de proyectar la voz.
Dejo para el final a la orquesta il pomo doro que con razón es universalmente famosa. El director la guio con determinación, manteniendo la tensión en todo momento y controlando la entrega de todos los músicos en su mayoría jóvenes llenos de entusiasmo y enorme calidad. En fin, despues de tantos conciertos y operas a las que asistido en directo, puedo decir que de ninguno he salido con el éxtasis del momento. Doy gracias al cielo por ello y así lo comparto con los amables lectores.